La legión perdida. Descendientes de Romanos en China.

A finales de la primavera del año 53 antes de Cristo, un enorme ejército romano comandado por Marco Craso se adentró en territorio Parto dispuesto a lograr en oriente próximo el honor y la gloria que no podía comprar con su inmensa fortuna.

Cabe recordar que Marco Licinio Craso era el hombre más rico de Roma, pero era superado ampliamente en triunfos militares por César y por Pompeyo que eran sus iguales en el gobierno de la república.

Entonces Craso avanzó por la actual Turquía al frente de un imponente ejército de 42 000 soldados, sin permiso del Senado.

Los romanos que lideraba, estaban compuestos por siete legiones, 4000 arqueros y 4000 jinetes galos, y buscaban enfrentar a la temida caballería parta, que era el cuerpo principal del ejército enemigo.

Fue el día 9 de junio cuando Craso se encontró con un general Parto llamado Surena el cual avanzaba al frente de un contingente de caballería ligera.

El ejercito parta prevaleció sobre la infantería pesada romana, muriendo o siendo capturados la mayoría de los legionarios.

Aquel enfrentamiento se produjo en la desolada planicie de Carras, hoy en día conocida como Harrán en Turquía, y se saldó con la más cruenta derrota de un ejército romano en oriente: siete legiones romanas fueron aplastadas por la ineptitud de Craso.

De los cerca de 40.000 efectivos que movilizó en un principio, volvieron a la retaguardia romana unos 6000 hombres al mando del cuestor Cayo Casio Longino.

Unos 20 mil legionarios dejaron su vida en el desierto. Craso, cuyo hijo tambien fue muerto en esa batalla, fue capturado mal herido y los partos decidieron verter oro fundido en su boca como castigo a su avaricia.

La derrota fue tan estrepitosa que dio origen a la frase "Craso error" muy difundida al dia de hoy cuando alguien se refiere a un error tremendo.

La pregunta de los historiadores es ¿que sucedio con el resto del ejercito romano?

La leyenda de la legión perdida es una historia fascinante. Se sabe por textos de la epoca que estos hombres fueron conducidos al extremo oriental del Imperio parto, en la antigua Bactriana (el actual Afganistán), siendo la mayoría esclavizados o condenados a trabajos forzados.

Pero los partos conservaron algunas unidades dispuestas a seguir combatiendo a cambio de no ser condenados a muerte o a la esclavitud.

Así, una parte de la legión cautiva fue mandada a las proximidades del río Oxus (hoy Amu Daria) en la Bactriana (el actual Turkmenistán) para luchar contra los hunos, desapareciendo allí su rastro.

El caso es que, tras la firma de la paz entre romanos y partos en el año 20 a. C., se estableció el retorno de los prisioneros, pero ya entonces se desconocía totalmente dónde estaban los efectivos sobrevivientes de las derrotadas legiones de Carras, pese a los esfuerzos que se dedicaron a la recuperación de los soldados apresados.

Marco Antonio trató de invadir Partia unos años después dispuesto a vengar la vergüenza de Craso, pero su expedición resultó ser un nuevo desastre sumando así casi 10.000 muertos más a la larga lista negra que rodeaba la anterior campaña.

Años después, Augusto queriendo controlar la situación con su vecino más poderoso a base de diplomacia trató de recuperar las águilas perdidas pero sólo consiguió un pequeño intercambio de prisioneros sobre el año 19 antes de Cristo.

Tras este intento por parte de Augusto, el olvido se tragó a los cautivos de Carras hasta que un mejor conocimiento de la historia global ayudó a atar los cabos sueltos.

Las recientes investigaciones sobre el tema nos permiten inferir una hipótesis tan inverosímil como factible: quizá estos romanos perdidos sean los extraños soldados que mencionó el historiador chino Ban Gu en sus relatos sobre la defensa de la ciudad de Zhizhi, situada en la actual Uzbekistán, y que por aquel entonces era la capital de los hunos.

Estos hechos se produjeron en torno al año 39 antes de Cristo.

El cronista chino describió en su biografía las gestas del general Gan Yanshou y, en concreto, cómo se encontraron con hombres veteranos y muy disciplinados que se fortificaban en campamentos cuadrados de madera y que luchaban siempre alineados y desplegados en una formación como de escamas de pescado lo cual constituye una descripción muy gráfica del testudo romano.

Por algún capricho del destino, los romanos sobrevivientes habían pasado a servir a los hunos.

Tras duros combates, finalmente en la ciudad de Zhizhi cayó y los chinos deportaron a cerca de un millar de aquellos bravos soldados alojándolos, en el año 5 después de Cristo, en una nueva ciudad llamada Li-Jien, variante china de "Legión", un nombre que además era el usado por los chinos para referirse a Roma desde que los antiguos chinos tuvieron noticias de su opulencia y poder a través de sus comerciantes en Alejandría.

Además, este nombre llama la atención, pues era extremadamente raro que los chinos diesen a sus ciudades nombres extranjeros. Años más tarde, el lugar fue renombrado como Jie-lu, que significa "cautivos".

Al día de hoy, en esta ciudad, sigue habiendo personas de ojos azules o verdes con cabellos castaños rubios y pelirrojos o con nariz aguileña y cabello rizado. Además en los habitantes de la zona se dá una coincidencia del 46% con el ADN de la población europea.

Por si fuera poco, los arqueólogos constataron que individuos enterrados en la zona hace más de mil años tenían una estatura promedio en torno a 180 centímetros.

En 2001 los diarios Los Angeles Times y L'Express sacaron a la luz unos datos que identificaban a ese poblado remoto como punto final de la desventura de los legionarios de Craso.-

Fuente: Wikipedia - Wikipedia y Youtube.